Liz Correa comenzó su carrera profesional en el área de TI y, aunque no la ha dejado de lado, de diez años a la fecha se ha dedicado a proyectos de agilidad. En una entrevista reciente, Liz nos habló de Agile, de Scrum, de las herramientas más usadas por los Scrum Masters y nos compartió valiosísimas experiencias tanto de éxito como de fracaso, pues en ambos escenarios, menciona, hay mucho aprendizaje.

El día de hoy, queremos compartirte esta información, esperando te sea de utilidad. Desde los conceptos básicos hasta casos específicos en los que Agile fue aplicado, te compartimos siete ideas esenciales de dicha entrevista:

¿Qué es Agile y en qué se diferencia de la forma normal de trabajar?

En términos generales, Agile es una forma de reaccionar, es moverse rápido ante el cambio y no detenerse ante los obstáculos. Se diferencia de la forma tradicional de trabajar (“en cascada”) en que ésta es más rígida y busca no desviarse del plan original. Por su parte, Agile se ajusta rápidamente si el mercado o las necesidades cambiantes del cliente cambian. Una frase significativa de este enfoque:

“Equivócate rápido y resuélvelo pronto”.

¿Qué es Scrum y para qué sirve?

Scrum es uno de los frameworks o marcos de trabajo más conocidos dentro de Agile. Tiene gran demanda. Propone ciertos lineamientos que ayudan a tener tiempos de entrega mucho más cortos que los de un proyecto realizado de forma tradicional, en la cual podían pasar meses para que el cliente empezara a ver los resultados.

Unos de sus creadores, por cierto, escribió un libro que se llama El arte de hacer el doble de trabajo en la mitad del tiempo (consulta de qué se trata haciendo clic sobre el título). Otra recomendación de Liz es evitar caer en los extremos y menciona a un agilista español que habla de El lado oscuro de la agilidad, puedes ver una conferencia suya here.

¿Por qué los agilistas insisten en subrayar que Scrum es un framework y no una metodología?

Por su flexibilidad. De hecho, la guía de Scrum se hace cada vez más pequeña. Brinda una serie de elementos que se pueden aplicar e incluso puede combinarse con otros frameworks hasta consolidar algo que se adapte a la empresa, pues cada una es diferente.

Por el contrario, una metodología da una serie de pasos que deben ser seguidos en orden y sin saltarse ninguno. De no hacerlo, se corre el riesgo de que no funcione o no te den una certificación específica.

¿Cuáles son las herramientas que se usan en Agile?

Jira es muy utilizada. Es una herramienta de gestión de proyectos. Incluso se pide manejarla para conseguir la posición de Scrum Master. En ella se lleva el seguimiento de los sprints, el backlog, transparenta el seguimiento de las tareas y los impedimentos.

Miro es otra. Es una herramienta colaborativa en la que se pueden hacer historias de usuario, workshops, retrospectivas y demás. Ayuda a los Scrum Masters que los equipos se integren y que todos hablen el mismo idioma.

¿Qué desventajas tiene Jira?

Jira es difícil de aplicar. No por la herramienta en sí sino por la resistencia de los miembros del equipo, ya que suele haber desarrolladores a los que no les gusta registrar o que sienten que puede ser usada para micro management.

Sin embargo, el objetivo de usar Jira es transparentar los avances y las actividades. Esto ayuda a que si, por ejemplo, un desarrollador se enferma, el que retoma su labor puede saber en dónde empezar. De esta forma se garantiza la atención al cliente. Además, tiene otras bondades: se pueden generar estadísticas, gráficas, etc.

Una historia de éxito al aplicar Agile y factores que influyeron para que se diera.

Cuando empezaba a hacer proyectos de agilidad, un cliente me dio los roles de Scrum Master y líder técnico. Trabajaba con un equipo multinacional. Esto implicaba un reto, pues había que armonizar culturas distintas y horarios distintos.

Hubo dos grandes aciertos: usamos Nexus para integrar a los equipos y un Coach nos apoyó a mediar las fricciones típicas que se dan, sobre todo al principio. Era como el juez que determinaba si algo era un impedimento o no.

Una vez superada la etapa de los ajustes iniciales, se dio muy buena sinergia. Empezamos a entregar resultados muy rápido: si en cascada hacíamos liberaciones cada ocho meses, ahora lográbamos hacerlas cada mes. Los clientes estuvieron muy satisfechos con nuestro desempeño.

Aquella experiencia me hizo pensar que aplicar la agilidad en las empresas era algo sencillo. Pero más adelante aprendí que no siempre se dan las condiciones para tener éxito.

Aprendizaje de un proyecto en el que agile no funcionó como debía.

En otro proyecto me asignaron como Scrum Master, pero ya no tuve la ventaja de ser líder técnico, que es el jefe del equipo. Ahora sólo podía dar recomendaciones y el jefe y su equipo decidían. A veces, como Scrum Master te das cuenta de que se van a equivocar o van a ir más lento, pero debes respetar. Hay que las imposiciones generan mucho descontento.

Lo más difícil es trabajar con un Líder Técnico y un equipo que no estén inmersos en la cultura ágil, que les cueste trabajo aceptar el cambio e integrarse como equipo, generar transparencia y colaboración. Esto debe fomentarse desde el liderazgo.

Conclusion

Como pudiste leer en el artículo, los principios de Agilidad y Scrum son sencillos, pero implementarlos puede volverse complicado. En el caso de éxito de Liz, la presencia de un Coach mediador fue muy importante. En Coacharte contamos con expertos en el tema que pueden apoyarte en este sentido y también quienes pueden hacer más fácil la aceptación del cambio al iniciar un proyecto o al cambiar de la forma de trabajo en cascada a la forma ágil.

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