Inteligencia Emocional o Capacidad Intelectual, ¿cuál es más importante?

Introduction

Inteligencia Emocional vs Capacidad Intelectual. Por mucho tiempo las empresas prefirieron empleados con alta capacidad intelectual, preparados, que hablaran lenguas extranjeras, buenos para resolver problemas. Pero ahora se sabe que eso no basta. Un buen colaborador también necesita trabajar en equipo y tener otras habilidades como: manejo del tiempo, comunicación, actitud, creatividad, pensamiento crítico…Y la inteligencia emocional es, entre ellas, la más importante.  

Inteligencia tradicional y otros tipos de inteligencias
A lo largo de este texto consideraremos la “inteligencia tradicional” como un sinónimo de capacidad intelectual. Es decir, solía pensarse que alguien era “inteligente” si tenía un IQ por encima del promedio, si poseía muchos conocimientos y diplomas o era bueno para el razonamiento abstracto o para el cálculo.  

Sabemos que el IQ o coeficiente intelectual es un número que se obtiene aplicando pruebas de comprensión verbal, razonamiento lógico, matemático, espacial, memoria y hasta de la velocidad en la que se procesan los pensamientos. Para obtener el resultado final se considerará tanto la edad cronológica como la edad mental del sujeto.    

Pero este enfoque era muy limitado. En los años 80, el renombrado psicólogo Howard Gardner arrojó más luz sobre el tema con su teoría de las “inteligencias múltiples”, de las que también hemos escuchado.  

Sí, el razonamiento lógico-matemático y la comprensión verbal (a la que él llama inteligencia lingüístico-verbal) son muestras de inteligencia. Sin embargo, los humanos también tenemos (o podemos tener) inteligencia musical, corporal-cinestésica (relacionada con el movimiento), visual-espacial, naturalista, interpersonal e intrapersonal.  

Aunque su teoría tiene detractores, Gardner abrió la puerta para que otros investigadores y educadores se cuestionaran el tema. De hecho, los orientadores vocacionales y los reclutadores actuales pueden saber si el joven estudiante o el candidato ha elegido su carrera basado en su inteligencia predominante.  

Para cerrar este punto baste decir que una persona integral es aquella que ha desarrollado todas las inteligencias mencionadas. Y que para el ámbito laboral empiezan a destacar dos de ellas: la intra- y la interpersonal.  

Ahora ahondemos un poco en la definición de Gardner de estas dos inteligencias: 

Relación con los otros y con uno mismo

“La inteligencia interpersonal se constituye a partir de una capacidad […] para sentir distinciones entre los demás en particular, contrastes en sus estados de ánimo, temperamentos, motivaciones e intenciones; incluyendo la sensibilidad a expresiones faciales, la voz, los gestos, posturas y la habilidad para responder […] Permite en un adulto hábil leer las intenciones y deseos de los demás, aunque se hayan ocultado”. (Gardner, 2001)

¿Y cuáles son las ventajas de entender a los demás o de ponerse en su lugar? Quien lo logra tendrá mayor facilidad para relacionarse, negociar y trabajar efectivamente con ellos. Podrá capitalizar esas buenas relaciones en oportunidades de empleo, de ascenso o de negocio.

Es más, esta inteligencia incide claramente en el trabajo en equipo: uno de los requisito que más se solicitan para conseguir empleos.

Por su parte, la inteligencia intrapersonal “hace referencia al conocimiento de los aspectos internos de una persona; el acceso a la propia vida emocional, a la propia gama de sentimientos, la capacidad de efectuar discriminaciones entre estas emociones y finalmente ponerles un nombre y recurrir a ellas como medio de interpretar y orientar la propia conducta.  (Gardner, op cit).

Discriminar emociones, saberlas nombrar y poderlas utilizar para “orientar la propia conducta”, palabras clave que están estrechamente relacionadas con la Inteligencia Emocional. Una teoría que desarrolló Daniel Goleman, otro importante psicólogo que además es antropólogo, periodista y escritor. Hablaremos de ella en el siguiente apartado.

Inteligencia Emocional y su importancia en el ámbito laboral

En nuestra cultura parece haber una desvalorización del autoconocimiento o de hablar abiertamente de los sentimientos. Hay muchos que rechazan la importancia del apoyo psicológico incluso ante ciertos eventos disruptivos en la vida. Poco a poco, esto va cambiando.

Escuchamos que en las escuelas les enseñan a los niños a identificar sus emociones, que toman clases de yoga, que muchas personas escuchan meditaciones antes de dormir. O nos topamos con disposiciones gubernamentales como la NOM 035 que habla de los factores de riesgo psicosociales en los centros de trabajo.

En este momento no analizaremos las implicaciones de apegarse a la Norma, pero sí empezaremos a considerar cómo afecta a la empresa la Inteligencia Emocional de los empleados.

Algunas estrategias de la Inteligencia Emocional
  1. “El cuerpo grita lo que la boca calla”. Una técnica de la Inteligencia Emocional es la Comunicación Asertiva. Se ha comprobado que muchos padecimientos tienen, al menos en parte, origen psicológico. Una persona que no sabe expresar sus emociones tiende a enfermarse más que aquella que lo hace de la manera correcta con la persona indicada.
  2. “Conócete a ti mismo”. ¿Cuáles ideas preconcebidas traigo conmigo al trabajo? ¿Qué aprendí acerca de las reglas? ¿Qué situaciones me sacan de quicio? Aquél que aprende a conocerse, que sabe lo que siente y de dónde vienen sus sentimientos puede hacer uso de este conocimiento al momento de tomar decisiones y de responder en determinadas circunstancias.
  3. “Autocontrol”. Las emociones fuera de control pueden llevar a cualquiera cometer errores tremendos. Existen ciertos detonantes como los obstáculos o el estrés que pueden desbordar las emociones. Por ello es importante que tanto los líderes como los empleados de la empresa tengan herramientas que los ayuden a manejarse en situaciones críticas.
  4. “Conciencia social y empatía”. ¿Sé lo que piensan los que me rodean? ¿Intuyo lo que sienten? ¿Me interesan realmente o los valoro por lo que puedan darme? Saber manejarnos en este ámbito nos ayudará a generar mejores relaciones con los demás y a contribuir a un mejor ambiente de trabajo. Nuestro compromiso con el equipo será mayor.

Hay mucho más que decir acerca de la Inteligencia Emocional. Quizá pudiera uno pensar que los líderes no tienen tiempo que perder en sus emociones y mucho menos en las emociones de su gente. Sin embargo, es esa misma gente la que hace realidad las estrategias y los procesos. Y un “entorno organizacional favorable” como el que promueve la NOM 035 ayudará a que los empleados tengan mejor rendimiento.

Conclusion

La situación laboral actual considera que la Inteligencia Emocional es incluso más importante que la Capacidad Intelectual. Esto obliga a los profesionales de cualquier nivel a cuidar no sólo sus conocimientos técnicos, sino a desarrollar otras habilidades (soft skills) que los ayuden a ser parte valiosa de su equipo. La gran noticia es que todas estas habilidades pueden desarrollarse; algo que no sucede con el coeficiente intelectual,

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