A medida que el año llega a su fin, las empresas suelen enfocarse en cierres financieros, metas cumplidas y planificación para el próximo ciclo. Sin embargo, hay un aspecto que muchas veces se pasa por alto: el reconocimiento de los empleados. Según Mike Robbins en su TED Talk The Power of Appreciation, valorar a las personas por quienes son y por lo que aportan puede transformar profundamente las relaciones y los resultados en el lugar de trabajo.

Dos tipos de reconocimiento

Robbins hace una distinción importante en cuanto al reconocimiento que se le puede hacer a los miembros de un equipo: cuando han cumplido algún objetivo y cuando simplemente se les valora como persona.

El primero, es decir, el reconocimiento a los empleados por haber hecho algo bien, es el más común. De hecho, es usado por muchos líderes para motivar a que se siga repitiendo un comportamiento en específico. Como dice Tom Peters: “Celebrate what you want to see more”.

Pero el segundo tipo de reconocimiento a un empleado es más valioso. Es el que se da cuando cometió un error, cuando trae la moral baja. Es muy importante, ya que en esos momentos la persona está vulnerable, quizá insegura.

Cómo dar reconocimiento

Mike Robbins destaca la importancia de ser auténtico en el reconocimiento. Los elogios vacíos o genéricos no tienen el mismo efecto que aquellos que demuestran que el líder presta atención a los detalles. Tomarse el tiempo para identificar atributos personales positivos o las contribuciones específicas del trabajador y cómo estas impactaron positivamente en los objetivos generales puede fortalecer las relaciones laborales y motivar a los equipos para el próximo año.

Un buen líder puede hacerse el hábito de reconocer a los empleados practicándolo con constancia, o incluso agendándolo con cierta regularidad, mientras se acostumbra a hacerlo.

Un consejo más: el líder también debe aprender a recibir cumplidos y reconocimiento hacia su persona o su labor. Se recomienda dar las gracias y resistir el impulso de minimizar o contradecir el halago. Hay que tener en cuenta que en los momentos de amabilidad, los cerebros tanto del emisor como del receptor producen serotonina, o lo que es lo mismo: los hacen sentirse bien.

Reconocimiento a los empleados: más que una cortesía

Lo anteriormente expuesto demuestra que el reconocimiento no es solo un acto de cortesía, es una herramienta estratégica. Robbins subraya que, cuando los empleados se sienten valorados, no solo incrementa su satisfacción laboral, sino también su compromiso y productividad y viceversa. De hecho, estudios respaldan que un entorno de trabajo donde se practica el aprecio fomenta mayor innovación, colaboración y lealtad hacia la organización.

El cierre de año es el momento ideal para expresar gratitud de manera sincera. No se trata únicamente de recompensas monetarias, sino de reconocer esfuerzos específicos y logros individuales o de equipo. Gestos como un agradecimiento público, una carta personalizada o un simple “gracias” bien fundamentado pueden generar un impacto significativo.

En resumen, apreciar a los empleados no es solo “lo correcto”, sino también una inversión estratégica en el éxito de la empresa. Este final de año, considera hacer del reconocimiento una prioridad, no como un formalismo, sino como una oportunidad para fortalecer vínculos y potenciar a tus equipos para futuros logros.

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